FOTOS viaje a Estambul e información
Palacio de Topkapi
Abierto todos los días excepto los martes
Sobre un cabo, entre la confluencia del Bósforo y el Cuerno de Oro, se alza el Palacio de Topkapi, el palacio más antiguo y extenso de los que han sobrevivido hasta nuestros días.
En este opulento entorno vivieron y gobernaron los sultanes y su corte.
Abierto todos los días excepto los martes
Sobre un cabo, entre la confluencia del Bósforo y el Cuerno de Oro, se alza el Palacio de Topkapi, el palacio más antiguo y extenso de los que han sobrevivido hasta nuestros días.
En este opulento entorno vivieron y gobernaron los sultanes y su corte.
La Basílica de Santa Sofía, actualmente denominada Museo Ayasofya es, sin duda, la obra más grande y sagrada de la época Bizantina.
Hoy en día es visitada como museo por numerosos turistas que contemplan maravillados esta gran obra maestra. Aya Sofia fue utilizada como iglesia durante 916 años, desde su construcción en el año 537 hasta el día de la conquista de Estambul en 1453. Desde esa fecha hasta 1934, se utilizó como mezquita. Para sacar a la luz los mosaicos bizantinos que habían sido recubiertos en el año 1750, después de una completa y costosa restauración por orden de Mustafa Kemal Atatük, fundador de la república Turca, en febrero de 1935 fue inaugurada como museo.
Santa Sofía tiene una gran importancia en la historia de la arquitectura por ser la primera construcción de base cuadrada de este tamaño que está cubierta por una cúpula central y dos pequeñas semicúpulas. Hoy en día, Santa Sofía es la cuarta iglesia con un área cubierta más grande del mundo, después de St. Pablo en Londres, St. Pedro en Roma y el Duomo en Milán. El nombre de Aya Sofía (sabiduría sagrada) es uno de los tres títulos dedicados a Dios. Estos tres títulos son: Aya Sofía (sabiduría sagrada), Aya Irene (Santa Irene) quietud, paz y Aya Dinamis (poder sagrado).
· Historia de Santa Sofía
El emperador Constantino, en el año 360, hizo construir en el centro de la ciudad, en el mismo lugar donde hoy se eleva Santa Sofia, una gran iglesia con el nombre de ‘Megale Ekklesia’.
Sobre las ruinas de esta construcción de madera, que se quemó completamente durante un incendio el 20 de junio del 404, fue construida una iglesia más grande y resistente entre los años 404 al 406 por el arquitecto Rufinos y fue inaugurada para el culto el 10 de octubre del 416. El emperador bizantino Teodasios fue el mecenas de esta segunda iglesia, que constaba de tres naves en forma basilical. Este edificio, del que pueden verse todavía los restos de su base, las escaleras y un friso decorado con relieves de ovejas justo delante del museo, fue prácticamente destruido por los opositores del emperador durante la insurrección de Nika.
El emperador Justiniano, que recuperó el poder después de esta insurrección, mandó construir la iglesia que se visita hoy en día. Encargó a los dos arquitectos más famosos de aquella época, el matemático Anthemios de Tralles (actual provincia de Aydin) e Isidoro de Mileto, la construcción de dicha iglesia, que empezó el 23 de febrero y concluyó en tan sólo 5 años y 10 meses, consiguiendo que se inaugurara el 26 de diciembre del 537. El emperador con esta espléndida obra tenía la ilusión de superar el templo de Salomón en Jerusalén. Profundamente impresionado por la belleza de Santa Sofia, dicen que exclamó: ‘Salomón, te he superado’. Durante 5 años más de 100.000 obreros y 100 capataces trabajaron en la construcción.
Sin embargo, los tesoros de Santa Sofia fueron saqueados por el ejército de la III cruzada en el año 1204. La mayor parte de los mosaicos de pan de oro del suelo fueron destruidos.
Fatih Sultan Mehmet (conquistador de Istanbul) rezó la primera oración del viernes después de la conquista de Constantinopla, el 3 de julio de 1453, en Santa Sofia, invirtió una gran parte de su fortuna para recuperar y convertir Santa Sofia en mezquita. Se construyó entonces un mihrab señalando la dirección de La Kaaba, en la Meca; en una de las esquinas detrás de la iglesia, un minarete de ladrillo y en lugar del monasterio para monjes, delante del edificio, una madraza, escuela coránica, con un patio y cisterna para unos 150 alumnos. Los mosaicos fueron recubiertos por una fina capa de cal y las cruces de las paredes fueron arrancadas. De este modo, si dañar demasiado el edificio se preparó para el culto musulmán. Al segundo minarete, construido en el siglo XV, le siguieron otros dos, construidos en el siglo XVI por el arquitecto Mimar Sinan.
La Fuente Alemana Esta fuente, que tiene una forma octogonal con una cúpula, fue el regalo del emperador alemán Guillermo II al sultán turco y a la ciudad de Estambul. Fue construida en Alemania y montada en su lugar en la ciudad en el año 1898. Es de estilo neo-bizantino y su interior está adornado con mosaicos dorados El Hipódromo Fue construido hacia finales del siglo II d.C. por el emperador romano Septimio Severo, pero fue Constantino el Grande quien lo ensanchó y le dio su aspecto tan grandioso. Según algunos cronistas, el Hipódromo tenía capacidad para 30.000 espectadores, según otros, para 60.000. El espectáculo que más gustaba al pueblo en aquella época era la carrera de carros (llamados cisios, muy pequeños y manejables, tirados por dos o cuatro caballos). En tiempos del Imperio Romano, y también el periodo del Imperio Bizantino, el Hipódromo fue centro de recreo, festejos, deportes, y gran animación hasta el siglo X. Además de las carreras de cisios, el Hipódromo servía de escenario para conjuntos de músicos , bailarines, acróbatas y lidias con fieras; para todo ello se anunciaban numerosos días festivos en aquellos tiempos. El Hipódromo tenía la forma de una enorme U. En el ala oriental estaba situado el palco del emperador, en cuyo techo se hallaban cuatro estatuas de caballos de bronce. A lo largo de la parte central de la pista de arena había un muro bajo, alrededor del cual daban la vuelta los carros durante las carreras . Sobre el mismo muro había monumentos traídos de distintos puntos del reino, entre los que se encontraban estatuas de famosos jinetes y sus caballos. Algunos competidores de este tipo de carreras llegaron a alcanzar una enorme celebridad y fortuna, lo que les permitía llevar una vida de mucho lujo. Los campeones y sus partidarios formaban grupos rivales que apoyaban diferentes poderes políticos, que solían llevar el nombre de un color: los amarillos y los rojos o los azules y los verdes. De vez en cuando la política intervenía de tal forma en las carreras que la contienda entre dos equipos rivales acababa en una matanza. Del Hipódromo han sobrevivido hasta nuestros días sólo tres monumentos y el suelo que se eleva cuatro o cinco metros sobre el terreno circundante. Estos monumentos son: el obelisco traído de Egipto, la Columna Serpentina y la Columna de Cantería. También en tiempo de los turcos el Hipódromo fue un lugar de recreo y escenario de diversos espectáculos durante las festividades
La Mezquita Azul También conocida como la Mezquita del Sultán Ahmet, fue construida durante el reinado del decimocuarto sultán otomano, Ahmet I, entre 1603 y 1617. Es la mezquita más grande y fastuosa de Istanbul. Fue construida por el discípulo del arquitecto Mimar Sinan, Mehmet Aga. Su construcción, iniciada en 1609, finalizó en 1616. La mezquita fue construida junto con una madraza, escuela coránica, un asilo, un lugar para la venta de artesanía, un kervansaray, alojamiento para camellos, una fuente y un külliye, un complejo social y religioso. El Sultán Ahmet subió al trono a los catorce años y gobernó con gran aceptación popular hasta los veintiocho; falleció apenas unas semanas después de que la mezquita fuera inaugurada. Está enterrado en el Külliye de su propia mezquita. El arquitecto de la mezquita, Mehmet Aga recibió el apodo de Sedefkar, el marquetero. El lugar elegido para la construcción de la mezquita fue el centro de la ciudad, antiguo emplazamiento de un hipódromo romano. Uno de los motivos para su elección era que se encontraba cerca del Palacio Topkapi. El cuidado que mostraron en la elección del lugar es un reflejo del posterior esmero que pusieron en elegir los materiales de construcción y en la decoración de la mezquita. Los 21.043 azulejos usados en su construcción fueron confeccionados en los talleres del palacio; las alfombras de cientos de metros cuadrados fueron tejidas en los telares imperiales y los cristales de las lámparas de aceite fueron traídas del extranjero. Existen cinco puertas para entrar al patio exterior de la mezquita. El patio de delante, al que se accede por unas escaleras, tiene cinco entradas. En el lado norte, debajo del patio interior, encontramos las fuentes de abluciones. En el centro del patio se encuentra un magnífico sardivan, fuente de abluciones, de forma hexagonal con seis columnas de granito que forman el peristilo, siete a un lado y ocho al otro, hay construidas treinta pequeñas cúpulas. En el lado sureste del palacio se construyó una rampa para que el Sultán pudiera llegar hasta su pabellón. La mezquita del Sultán Ahmet es la única de Istanbul y de Turquía que posee seis minaretes, lo que le otorga un valor especial entre las mezquitas otomanas. Los cuatro minaretes de las esquinas tiene cada uno tres balcones, los del patio sólo cuentan con dos. Según la leyenda, el sultán Ahmet I le pidió al arquitecto una mezquita con minaretes de oro, pero debido al alto coste éste prefirió aumentar el número hasta seis. El arquitecto Mehmet Aga con su obra no pudo dar otro concepto nuevo a la arquitectura de la mezquita otomana pero, por otro lado, su decoración interior y su rico recubrimiento, con más de 20.000 azulejos, dejan en la sombra a las mezquitas otomanas anteriores. Se la conoce como la Mezquita Azul por el color azul vivo y verde de los mosaicos que decoran la parte superior y las cúpulas de la mezquita. Si investigásemos el desarrollo del arte de la Edad Media observaríamos la conexión existente entre el arte y la religión. Mientras las bellas artes apoyadas por las instituciones religiosas se desarrollaban en gran medida, las otras se quedaban estancadas porque las fuentes financieras necesarias para el desarrollo del arte estaban en manos de organismos religiosos, ya fueran musulmanes o cristianos. Por ejemplo, como la iglesia permitía representar imágenes, estatuas y también música para el coro, la pintura, la escultura y la música evolucionaron de forma extraordinaria. En cambio, en la religión musulmana al no permitirse la representación de imágenes, al no utilizar ningún tipo de instrumento o cantos para las oraciones, estas artes apenas se desarrollaron. Por otro lado, dieron más importancia a artes como la caligrafía, la artesanía de vidrieras, las tallas de piedra y madera en los espacios interiores y exteriores, la alfarería, artes que no evolucionaron tanto en el mundo cristiano. El edificio contemplado desde fuera da una impresión elegante que no se espera de su gran tamaño. La cúpula central y las semicúpulas tienen una extraordinaria y elegante armonía. Todas las esquinas y los bordes están redondeados con el fin de crear una imagen más armónica. Los pilares dentro del edificio forman un conjunto cuya pesadez está hábilmente suavizada. En la mezquita hay en total 260 ventanas. Los cristales utilizados en su época desgraciadamente no han logrado llegar hasta nuestros días. La cúpula, de 23.5 m de diámetro, culmina a 43 m y descansa sobre cuatro arcos ojivales y cuatro pechinas planas; la sostienen cuatro enormes columnas acanaladas de 5 m de diámetro, divididas a media altura por un anillo. La piedra negra situada en el mihrab fue traída de Kaaba, ciudad sagrada de los musulmanes. Al lado del mihrab se encuentra el minbar, una especie de púlpito, bello ejemplo de la escultura otomana, que servía para dar sermones. La Müezzin Mahfili, que está situada delante del minbar, es una copia de La Meca. En la parte izquierda se encuentra la Hünkar Mahfili o galería imperial, lugar en donde rezaba el sultán. Las caligrafías que rodean y decoran la cúpula, las semicúpulas y las columnas contienen versículos coránicos y sentencias del profeta Mahoma. Las valiosas alfombras de varios colores que cubrían la planta de la mezquita hasta hace poco han sido cambiadas por otras alfombras de menor valor. Excepto en la pared de la Kibla, en las otras paredes se abren las tres galerías dedicadas al uso de las mujeres y a las reuniones religiosas. Al nordeste de la mezquita se halla el gran Türbe, mausoleo cuadrado con un patio delante, construido por el Sultán Osman II hijo del Sultán Ahmet I. Aquí reposan Ahmet I, su querida esposa Kösem Maypeyker y tres de sus hijos: Osman II, Murat IV y el príncipe Beyazit. La Cisterna de Yerebatan La entrada principal de la cisterna Yerebatan, que es la más grande de las 60 cisternas que fueron construidas en Istanbul durante la época Bizantina, está situada frente al museo de Santa Sofía. Como no había agua dulce suficiente dentro de las murallas que rodeaban la ciudad, durante siglos la traían de las fuentes y ríos desde el Bosque de Belgrado, a unos 25 kilómetros de distancia. Durante los asedios, los enemigos destruían los acueductos o envenenaban el agua, por eso se vieron obligados a depositar el agua potable en estas cisternas y, de este modo, utilizarla en caso de necesidad. La cisterna de Yerebatan, construida en el año 532 en pocos meses, era el lugar en donde se depositaba el agua traída a través del acueducto de Valento. Fue utilizada hasta el siglo XIV y restaurada a mediados del siglo XIX, ya que durante mucho tiempo no había sido utilizada (en la época otomana). Para su construcción se utilizaron diferentes tipos de piedra y de columnas romanas de distintas épocas. Consta de 336 columnas repartidas en 12 hileras de 28 cada una, situadas a 4 metros unas de otras. La Cisterna parece un bosque de columnas. Ocupa un área de 10.000 kilómetros cuadrados y su capacidad es de, aproximadamente, 80.000 metros cúbicos. Tras las restauraciones de 1987, fueron reabiertas al turismo. Hoy en día, se puede llegar hasta el final de la cisterna que antes sólo se visitaba en barquitas. La música clásica y el espectáculo de luz completan su atmósfera mística. En el ángulo izquierdo de la cisterna, se descubren dos columnas cuyas bases esculpidas con óvolos clásicos reposan sobre dos misteriosas cabezas de Medusa. El Gran Bazar El ‘Kapali Çarsi’ es uno de los puntos más conocidos de Istanbul, uno de los más variados mercados del mundo y el más grandes de Turquía. El Gran Bazar, que ocupa un total de 35 hectáreas, unas ochenta calles, cuenta con más de cuatro mil quinientas tiendas en las que trabajan más de quince mil trabajadores. Además de las tiendas, el Gran Bazar dispone una mezquita, doce capillas o ‘mescid’, un pozo y seis fuentes. Siendo así no es de extrañar que de él se diga que es ‘una ciudad fundada para el comercio’. Entre los objetos más preciados a la venta en este enorme mercado, destacan los samovares, los narguiles o pipas de agua, los trabajos de orfebrería y cobre, las piezas de ónice, los rosarios, disfraces para niños, trajes de bailarina de la danza del vientre, cajitas de madera, de nácar y de marfil y, por supuesto, la joyería con sus bellos diseños. Quizás haya perdido un poco del aire oriental que tenía en sus orígenes, pero la esencia de este mercado sigue siendo la misma. Dieciocho puertas dan acceso a este gigantesco mercado. La más importante de todas es la de Nuriosmaniye, que lleva un escudo muy revelador de lo que espera dentro. Se representa una pistola, un libro, la bandera y la puerta de Beyazit con el lema del Sultán Abdülmecid: ‘Dios quiere al que hace negocios’. Durante la época otomana, el Kapali Çarsi no sólo era el mercado más importante de la ciudad, sino que, además, funcionaba como bolsa y banco. En los comienzos, las calles del Gran Bazar olían a especias, a cuero, a telas y a madera. Durante la época de la esclavitud, también fue el mercado de esclavos. A pesar de haber perdido estas tres funciones, sigue siendo igual de vital para la economía de la ciudad pues mueve una gran cantidad de divisas cada día, aparte de ser el centro del trabajo de oro. Se ha calculado que por las tiendas del Bazar pasan unas quince mil personas diarias y que, en los escaparates de los mil quinientos joyeros, hay unas diez toneladas del preciado oro. Museo de Santa Sofía Abierto todos los días excepto los lunes. La Basílica de Santa Sofía, actualmente denominada Museo Ayasofya es, sin duda, la obra más grande y sagrada de la época Bizantina. Hoy en día es visitada como museo por numerosos turistas que contemplan maravillados esta gran obra maestra. Aya Sofia fue utilizada como iglesia durante 916 años, desde su construcción en el año 537 hasta el día de la conquista de Estambul en 1453. Desde esa fecha hasta 1934, se utilizó como mezquita. Para sacar a la luz los mosaicos bizantinos que habían sido recubiertos en el año 1750, después de una completa y costosa restauración por orden de Mustafa Kemal Atatük, fundador de la república Turca, en febrero de 1935 fue inaugurada como museo. Santa Sofía tiene una gran importancia en la historia de la arquitectura por ser la primera construcción de base cuadrada de este tamaño que está cubierta por una cúpula central y dos pequeñas semicúpulas. Hoy en día, Santa Sofía es la cuarta iglesia con un área cubierta más grande del mundo, después de St. Pablo en Londres, St. Pedro en Roma y el Duomo en Milán. El nombre de Aya Sofía (sabiduría sagrada) es uno de los tres títulos dedicados a Dios. Estos tres títulos son: Aya Sofía (sabiduría sagrada), Aya Irene (Santa Irene) quietud, paz y Aya Dinamis (poder sagrado). · Historia de Santa Sofía El emperador Constantino, en el año 360, hizo construir en el centro de la ciudad, en el mismo lugar donde hoy se eleva Santa Sofia, una gran iglesia con el nombre de ‘Megale Ekklesia’. Sobre las ruinas de esta construcción de madera, que se quemó completamente durante un incendio el 20 de junio del 404, fue construida una iglesia más grande y resistente entre los años 404 al 406 por el arquitecto Rufinos y fue inaugurada para el culto el 10 de octubre del 416. El emperador bizantino Teodasios fue el mecenas de esta segunda iglesia, que constaba de tres naves en forma basilical. Este edificio, del que pueden verse todavía los restos de su base, las escaleras y un friso decorado con relieves de ovejas justo delante del museo, fue prácticamente destruido por los opositores del emperador durante la insurrección de Nika. El emperador Justiniano, que recuperó el poder después de esta insurrección, mandó construir la iglesia que se visita hoy en día. Encargó a los dos arquitectos más famosos de aquella época, el matemático Anthemios de Tralles (actual provincia de Aydin) e Isidoro de Mileto, la construcción de dicha iglesia, que empezó el 23 de febrero y concluyó en tan sólo 5 años y 10 meses, consiguiendo que se inaugurara el 26 de diciembre del 537. El emperador con esta espléndida obra tenía la ilusión de superar el templo de Salomón en Jerusalén. Profundamente impresionado por la belleza de Santa Sofia, dicen que exclamó: ‘Salomón, te he superado’. Durante 5 años más de 100.000 obreros y 100 capataces trabajaron en la construcción. Sin embargo, los tesoros de Santa Sofia fueron saqueados por el ejército de la III cruzada en el año 1204. La mayor parte de los mosaicos de pan de oro del suelo fueron destruidos. Fatih Sultan Mehmet (conquistador de Istanbul) rezó la primera oración del viernes después de la conquista de Constantinopla, el 3 de julio de 1453, en Santa Sofia, invirtió una gran parte de su fortuna para recuperar y convertir Santa Sofia en mezquita. Se construyó entonces un mihrab señalando la dirección de La Kaaba, en la Meca; en una de las esquinas detrás de la iglesia, un minarete de ladrillo y en lugar del monasterio para monjes, delante del edificio, una madraza, escuela coránica, con un patio y cisterna para unos 150 alumnos. Los mosaicos fueron recubiertos por una fina capa de cal y las cruces de las paredes fueron arrancadas. De este modo, si dañar demasiado el edificio se preparó para el culto musulmán. Al segundo minarete, construido en el siglo XV, le siguieron otros dos, construidos en el siglo XVI por el arquitecto Mimar Sinan. Con todo, la restauración más completa de Santa Sofia se realizó durante el imperio otomano. Fue llevada a cabo por los hermanos suizos Gaspare y Trajano Fossati entre 1847 y 1849. Después de la proclamación de la república, durante un tiempo fue utilizada como mezquita, hasta que por orden de Atatürk y del consejo de ministros, se cerró para ser nuevamente restaurada. Los mosaicos bizantinos fueron recuperados y el 1 de febrero de 1935 fue inaugurada de nuevo como museo. El Bazar Egipcio Este mercado, que recibe el nombre de Mercado Egipcio por ser el lugar donde se vendían las especies traídas de Egipto durante la época otomana, se encuentra en el muelle de Eminönü, justo enfrente del Puente de Gálata. En el bazar de las especies hay noventa y siete tiendas. Fue construido en el año 1660 para poder financiar el Külliye de la Mezquita Nueva. Tiene forma de cruz invertida y sus cúpulas están cubiertas de plomo. Las seis puertas del mercado se abren en diferentes posiciones. En el mercado se pueden comprar docenas de especias y todo tipo de hierbas en pequeños paquetes preparados o en grandes sacos, por gramos. Aparte, entre las especialidades del bazar Egipcio se encuentran alimentos como pastirma (carne de ternera curada con especias), quesos, mermeladas, frutos secos, lokum (delicias turcas), esponjas naturales y varios perfumes orientales que se venden en pequeñas botellas. El interior del bazar egipcio tiene una gran atmósfera mucho más oriental que el gran bazar, quizás el exterior del mercado sea más interesante que el exterior. Merece la pena visitar el mercado de flores y de pájaros que se encuentra en un patio exterior del mercado. El pueblo de Eyüp es una lugar de peregrinación para los musulmanes, pues aquí descansan los restos de Eyüp Ensari, el portador del estandarte de Mahoma. Los personajes poderosos de la historia construyeron mezquitas aquí, pero sobretodo escogieron este lugar para su descanso eterno, es la razón por la que el pueblo, conserva un ambiente calmado libre de la industrialización y el caos más propio de Estambul. Las calles que rodean la Mezquita de Eyüp están formadas por mausoleos de sultanes y personas importantes, pero en la colina bajo la sombra de los cipreses descansan las gentes del pueblo, en un precioso cementerio que vale la pena recorrer. Mezquita de Eyüp La gran mezquita se levanta en el exterior de los muros de la ciudad, cerca del Cuerno de Oro, en el lugar donde se supone que murió Eyüp, el portaestandarte del Profeta Mahoma, en el asalto islámico a Constantinopla en el año 670. Siendo construida después de la conquista de la ciudad, este veneradísimo lugar atrae a numerosos peregrinos. Mausoleo de Eyüp Ensari Café de Pierre Loti. Si sois de poco caminar pueden tomar el funicular desde Karyagdi Sikagi, cerca de la Mezquita de Eyüp. Este café lleva el nombre del novelista francés enamorado de Turquía, parece que solía venir a lo alto de esta colina a tomar té e inspirarse. Café Pierre Loti es uno de los lugares más especiales de Estambul y el mejor lugar desde el cual admirar la región del Cuerno de Oro. Palacio de Dolmabahçe Abierto todos los días excepto los lunes y jueves. Construido a mediados del siglo XIX por el sultán Abdülmecit I, la fachada del palacio se extiende a lo largo de 600 metros en la orilla europea del Bósforo. Impresiona el amplio salón de recepción , con 56 columnas y una inmensa araña de cristal, cuyo peso es de cuatro toneladas y media, con 750 bombillas. En otra época, se llevaron aves de todas partes del mundo al Pabellón de las Aves para deleite de los privilegiados residentes del palacio. Atatürk, el fundador de la República Turca, murió en Dolmabahçe el 10 de noviembre de 1938. Bocadillo de caballa en Eminönü Café Mesale Dirección: Arasta Bazaar, 45.Tranvía: Sultanahmed Ubicado en una de las esquinas más concurridas del complejo de la mezquita de Sultanhmet, el tradicional café Mesale es uno de los rincones favoritos de locales y turistas. Lo típico es pedir un té o un café y una pipa de agua o nargile. Algunas noches a la semana Café Mesale presenta un espectáculo de danza Desviche totalmente gratuita. Mezquita de Rüstem Pasa La mezquita fue construida por Sinan en el barrio de Tahtakale cerca del bazar egipcio, dentro del bazar de ferreterías, por orden de Rüstem Pasa, esposo de la princesa Mihrimah y gran visir de Solimán. Rüstem Pasa fue uno de los dos visires más importantes de la época de Solimán. Era de origen croata, estudió en Enderun y tenía fama de ser un comerciante inteligente. El lugar elegido para la construcción no parecía muy adecuado, por eso Sinan construyó la mezquita encima de una plataforma de tiendas, de esa manera elevó la mezquita para que se pudiera ver por todos lados y de un terreno propiedad del gran visir dentro de Tahtakale creó un manantial de riqueza. El plano de la mezquita es cuadrado, su cúpula está sostenida por cuatro pilares maestros y columnas, la cúpula está apoyada en ocho elementos y reforzada con cuatro arcos y cuatro semicúpulas. Todo el interior y una parte de la pared exterior de la mezquita está recubierto con los azulejos más valiosos de su época. Decorar la fachada exterior con cerámica no es muy frecuente en otras mezquitas. Los azulejos fueron fabricados en los talleres de cerámica fundados en Iznik por el sultán Selim I. Tantas cerámicas y tan valiosas sólo podían ser financiadas por un hombre tan rico como Rüsten Pasa La parte más bonita de Estambul con los palacios, chalet's y extraordinario paisaje. El bósforo es un estrecho que une el mar de Mármara con el mar Negro y por otro separa los dos continentes, Asia y Europa. El nombre significa "vado de vaca". Según la mitología griega; Zeus convierte a su amante Io en una vaca para protegerla de su mujer. Pero Hera se entera de lo que pasa y manda un tábano para molestarla. La vaca, escapando del tábano, se ahoga en el estrecho. El canal tiene 32 Km de longitud. La profundidad media es de 60 m. En Arnavutkoy llega hasta 140 m. La parte más estrecha del Bósforo es la parte del castillo de Rumeli que tiene 700 m entre las dos orillas. La parte más ancha es Buyukdere, 3500 m. En las dos direcciones del Bósforo existen corrientes fuertes que llegan a 3-4 Km por hora. La corriente del mar Negro hacia el mar de Mármara es por la superficie, la contracorriente del Bósforo empieza en el mar de Mármara a unos 40 m de profundidad y sube hacia al mar Negro. Estas corrientes se deben a la diferencia de densidad de sales y alturas de los dos mares. Hoy en día, dos puentes colgantes unen dos continentes donde está situada la ciudad Estambul. Las aguas del Bósforo, según el acuerdo de Montreux firmado en 1936, se consideran aguas internacionales bajo control de Turquía. El paso del Bósforo es vital para poder salir a los océanos para los países de las orillas del mar Negro como Rumania, Bulgaria, Ucrania y Rusia. Los barcos comerciales pueden pasar libremente, los barcos militares o los que llevan armas son obligados tener el permiso del gobierno turco. Cada año aproximadamente pasan 38.000 barcos por el Bósforo. |